"Debe confesarse con toda humildad que, extra ecclesiam, la experiencia religiosa es subjetiva y se halla expuesta al peligro del error ilimitado", dijo Gustav Jung. Religiòn viene del latìn religiere que significa relacionar a los hombres entre sì. El rezo cumple este objetivo. Rezar para sentirnos parte de todos, para buscar respuestas, para confesar un temor y liberarlo. Para cambiar, para tener esperanza. Rezar para estar conformes, para ser lo que se anhela ser. Rezar para crear la fe. La repeticiòn del rezo programa nuestros actos. Està diseñado para ser el dictado de lo que haremos. Su musicalidad da memoria para convencernos. "Las palabras pueden ser muy bien lo que emplea el hombre cuando le falla todo lo demàs", afìrma Flora Davis. La historia ha sido regida por nuestros dioses, Dioses de los elementos, dioses cìclicos, alquìmicos, geomètricos, serenos, dioses hermafroditas. Un dios de cuatro elementos, un Jehovà, Alà, dos Budas, un Cristo: dios. Lo hemos creado a imagen y semejanza nuestra. Lo hemos moldeado de acuerdo con nuestras necesidades. ¿Necesitamos un dios con nuevas respuestas, con nuevo nombre? ¿Necesitamos otro dios?
Un enjambre, tres poetas y dios
Rezar, en silencio o en voz alta
rezar para ejercernos en rebaño
rezar, solo o acompañado
para el uno, con los muchos
vincularse
y a fuerza de decir
las mismas frases
creernos hermanos.
Borrar la orfandad
¿es esto lo màgico?
De la acùstica de sòlidas
iglesias ¿nacerà el amparo
si al unìsono decimos gracias
o amèn?
Què acogedor el eco
de la mezquita o sinagoga
ese zumbido de muchas gargantas
hechas una,
aquì, aquì no hace temblar
eso de que Dios no existe
o que ya muriò
como dice Nietzsche
porque aunque fuera cierto
se tiene el rezo
y muchas voces pueden màs que una.
A este cristianismo de 20 siglos
ni Cristo podrìa quitar lo retorcido
¿tienes miedo?
Martìn Real
El rezo tiene el poder de la palabra, ya como placebo milagroso, ya como consuelo. La oraciòn, de alabanza, de invocaciòn o epìclesis, de sùplica, de peticiòn, de perdòn o apologìa, de imprecaciòn: el himno, el canto, el rezo. Sonidos hipnòticos, sinestesias, siseos, rimas, ritmos. La letanìa, la fuerza del que oye y del que dice la fascinaciòn sonora. El espasmo emocional, la creaciòn oratoria como un acto poètico, acto de voluntad para crear una realidad propia. En palabras de Renàn "la blasfemia de los grandes espìritus es màs agradable a dios que el rezo interesado del hombre vulgar".
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