sábado, 20 de septiembre de 2008

A mi hijo / Ramòn Sampedro

Perdóname, hijo, por no haber nacido.
No fue culpa mía el dejarte atrás.
Yo besé las flores que hallé en mi camino.
La culpa la tuvo el verbo pecar.

Yo te he visto sonriendo en aquellos ojos
Que me contemplan asombrados e inquietos,
Pero siempre se interpuso entre nuestros deseos
El tabú...pecado. Yo no tuve la culpa,
Fueron las rosas las que tuvieron miedo.
Tal vez para protegerte, inconscientemente, del infierno.

Perdóname por no haber podido jugar contigo.
Siento mucho que no me dejen volver atrás.
No sé si habrás nacido después de pasar yo.
No importa. Recuerda siempre que te sigo queriendo.

Dale un beso a tu madre de mi parte.
Y no me guardes rencor, odiar no es bueno.



** ¿Què serìa de ti poesìa, tan vacìa y triste, si no tuvieras esta alma de dònde alimentarte? Te levantas grande y hermosa; dejàndome las piernas rotas, no alcanzo a huir de ti. No puedes irte sin mì. ¿Què serìa de mì si no te hiciera mìa? Me sirvo de ti a escondidas yvuelvo a ser lo que soy, para que luego, tù tambièn, seas lo que eres.

*** Siempre hacemos de las poesìas de los demàs nuestras propias poesìas, personales, intimas, y viceversa; es una retroalimentaciòn continua y constante que se sirve con lo mejor y lo peor de cada uno, alimentàndose de nuestos sentimientos, anhelos e ilusiones, desdichas y tristezas, que termina siendo una manifestaciòn sublime y majestuoso al verlo fuera de nosotros.

No hay comentarios: