QUINTA MELOPEA
Coro de vírgenes
Pedimos que el verdugo ahorque a María Sabina Pedimos que se reparta su carne para cocerla en nuestros pucheros Pedimos que la guardia ahuyente al cuervo y al gusano Pedimos un poco de sangre reconfortadora
Maria Sabina
El corazón de Cristo El corazón de la Madre de Cristo soy conocida en el cielo Dios me conoce Soy una mujer limpia El pájaro me limpia El libro me limpia El agua me limpia El aire me limpia La flor me limpia Soy conocida en el cielo, Dios me conoce El corazón de Cristo El corazón de la Madre de Cristo
Los dos coros
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Lee ya la sentencia alguacil! ¡Disponte a columpiarte en el aire verdugo! ¡Lávate bien la boca con agua de rosas niño! No prepares la fosa sepulturero y ahuyenta los pájaros y los gusanos que la carne de María Sabina es de los hombres ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
María Sabina
El corazón de Nuestro Señor Jesucristo El corazón de su Santísima Madre Me conocen los santos del cielo y los ángeles Dios me conoce Soy una mujer sin sangre El pájaro me roba la sangre El libro abierto me roba la sangre El agua me roba la sangre El aire me roba la sangre La flor me roba. la sangre Me conocen los santos del cielo y los ángeles Dios me conoce El corazón de la Santísima Madre de Cristo El corazón de Nuestro Señor Jesucristo
Coro de putas
Prestad oídos a la súplica de la que va a morir Sed clementes con el dolor de la que va a morir Cerrad los ojos mientras pronuncia sus últimas palabras la que va a morir
María Sabina
Sabéis que amo el fuego Sabéis que llevo el fuego de un lado para otro Sabéis que escupo fuego si quiero hacerlo Sabéis que me pasé la vida durmiendo en cama ajena y sucia Sabéis que os falta valor para mirarme a. los ojos Sabéis que tengo el cuerpo lleno de ojales sexuales Sabéis que la lujuria me engordó y me restó salud Sabéis que me huele a muerto el aliento Sabéis que crié las pulgas que trasmiten las enfermedades Sabéis que no sé cantar melodiosamente Sabéis que tengo las uñas como garras de águila Sabéis que me nacen uñas en los párpados Sabéis que tengo mil uñas desde hace mucho tiempo Sabéis que mi sudario es de color azul con lunares rojos y blancos Sabéis que me alimento de ranas y culebras Sabéis que siempre fui decente a mí manera Sabéis que siempre fui respetuosa a mi manera Sabéis que siempre fui fiel a mi manera Sabéis que lloro Sabéis que soy la libertad Sabéis que soy pecadora Sabéis que tengo sonoro el vientre Sabéis que rondo los urinarios y los vertederos Sabéis que soy gimnástica Sabéis que tengo oído de tísico Sabéis que tengo vista de lince Sabéis que bebo jarabes fermentados en las calaveras de los mártires Sabéis que fumo el. seco semen del padre envuelto en pétalos de camelia Sabéis que no seré enterrada viva Sabéis que gozaría si me enterrasen viva Sabéis que no tengo más que dos tetas como todas las mujeres Sabéis que cada teta me termina en un pezón Sabéis que vuelo por los aires cuando quiero Sabéis que me sobra saliva Sabéis que me curo las llagas con saliva Sabéis que todavía me quedan dientes Sabéis que todavía me quedan dos filas de dientes Sabéis que todavía me quedan tres filas de dientes Sabéis que ya no tengo dientes en el paladar Sabéis que tengo la nuca afeitada para que mejor se deslice la soga de la horca Sabéis que fui besada con frenesí Sabéis que tengo el pecho y el. vientre cubiertos de musgo Sabéis que en los helechos que e nacen en el sobaco vive la salamandra Sabéis que las víboras fueron devoradas por los hambrientos gorriones que cobijo en el escote Sabéis que amo la tradición Sabéis que me van a matar yo también lo sé y no albergo la menor esperanza de salvar la vida Sabéis que tengo unas fuerzas hercúleas Sabéis que siempre atropellé al hombre en sueños y a plena conciencia es lo mismo Sabéis que siempre que pude volví a atropellarlo Sabéis que estoy hecha de carne y hueso Sabéis que no tengo entraña de ave de corral Sabéis que tengo la carne recubierta de escamas como el pez Sabéis que estoy hecha de carne que ha de resucitar Sabéis que puedo comer fuego Sabéis que tengo un agujero en la frente Sabéis que velo al acecho del hombre Sabéis que la lluvia puede deshacerme Sabéis que jamás dormí sola Sabéis que soy valerosa en cualquier trance Sabéis que mi marido se suicidó con un hacha Sabéis que perdí la vida en la cárcel porque fui acusada de haber asesinado a mi marido Sabéis de sobras que asesiné a mi marido con un hacha Sabéis que bebo la gota de rocío posada sobre la flor Sabéis que veo en la tiniebla Sabéis que tengo el cuerpo hecho de leña Sabéis que el mirar me brilla como la luciérnaga en la noche Sabéis que sé hablar todas las lenguas Sabéis que tuve una mata de pelo que me llegaba a la cintura Sabéis que me dejaron calva rociándome la cabeza con chocolate Sabéis que fui cocida en chocolate Sabéis que paso hambres Sabéis que paso muchas hambres Sabéis que no me importa pasar hambres Sabéis que perdí el recuerdo de haber comido Sabéis que como gatos y ratas Sabéis que como raíces Sabéis que soy una mujer encerrada en un ataúd Sabéis que soy, una mujer que no dice la verdad Sabéis que soy una mujer que tampoco dice la verdad Sabéis que soy la máscara de una mujer Sabéis que sov una mujer que todo lo recuerda Sabéis que soy una mujer hambrienta pero no sedienta Sabéis que soy una mujer que quemó el pecado Sabéis que soy una mujer a la que todavía no habéis derribado Sabéis que soy una mujer seguida de su sombra Sabéis que soy una mujer seguida de su sombra Sabéis que soy una mujer como un f arol encendido Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los niños Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre del cordero Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los mozos Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los muertos Sabéis que soy una mujer que se da baños de asiento con la sangre del león Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo Sabéis que soy una mujer que tiene el corazón de aire Sabéis que soy una mujer que vuela como el vilano Sabéis que soy una mujer que flota igual que el corcho Sabéis que soy una mujer que aún puede parir Sabéis que soy una mujer a la que vais a quitar la vida Sabéis que soy una mujer no más viciosa que las otras mujeres Sabéis que soy una mujer entera y que no llora Sabéis que soy una mujer que os escupe a la cara Sabéis que soy una mujer que mea con ruidoso entusiasmo Sabéis que soy una mujer que alimenta ancianos con su leche Sabéis que soy una mujer que canta y toca la campana Sabéis que soy una mujer que canta y toca el violín Sabéis que soy una mujer que vomita de asco sobre vuestras cabezas
Los dos coros
Disparad cohetes para que su estruendo no permita oír las palabras de María Sabina v Pegad a vuestros hijos para que su llanto no permita oír las palabras de María Sabina Convocad la tempestad para que su quejido no permita oír las palabras de María Sabina
María Sabina
El corazón de Nuestro Señor Jesucristo El corazón de su Santísima Madre Me conocen los santos del cielo y los ángeles Dios me conoce Soy una mujer sin sangre El pájaro me roba la sangre El libro abierto me roba la sangre El agua me roba la sangre El aire me roba la sangre La flor me roba la sangre Me conocen los santos del cielo y los ángeles Dios me conoce El corazón de la Santísima Madre de Cristo El corazón de Nuestro Señor Jesucristo
Los dos coros
¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Atended a la lectura de la sentencia por el alguacil! ¡No perdáis detalle del esmerado oficio del verdugo! ¡Levantad a los niños sobre vuestras cabezas para que recuerden este instante durante toda la vida! ¡Emborrachad al sepulturero y rompedle en mil pedazos el azadón! ¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
María Sabina
El corazón de Cristo El corazón de la Madre de Cristo Soy conocida en el cielo Dios me conoce Soy una mujer limpia El pájaro me limpia El libro me limpia El agua me limpia El aire me limpia La flor me limpia Soy conocida en el cielo Dios me conoce El corazón de Cristo El corazón de la Madre de Cristo
Coro
¡Desatad al verdugo! ¡Dad al verdugo un vaso de aguardiente! ¡Guardad un respetuoso silencio cuando el verdugo cierre los ojos! ¡Viva el verdugo!
Alguacil
Ahí la tenéis verdugo Matadla ya Nadie os ha de pedir cuentas de vuestra acción
Verdugo
Perdonadme María Sabina Es sólo un momento Una, dos, tres
Coro
María Sabina ... María Sabina ... María Sabina...
Palmad e Mallorca, octubre de 1965
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