viernes, 6 de mayo de 2011

Radio Bemba Sound System / Manu Chao


Manu Chao, a quien siempre le ha gustado cantar en bares y en el barrio -un aspecto fundamental de sus valores políticos- decidió formar un grupo para ir de gira en 1999. Y esto es lo que Dios envió en su camino, en Barcelona, París y en cualquier otro sitio: Gambit, el bajista gigante tatuado, un viejo compañero, con una actitud hacia las reglas musicales de me importa un bledo. Luego esta Madgid Fahem, con su guitarra huesuda sacando notas tan nacaradas como las de un laúd, y acordes cortados estilo Andino, sus riffs son eléctricos y descarados al estilo puramente punk-rock. B-Roy es el acordeonista, siempre dispuesto para un forro (baile del Noreste de Brasil). Gérard Casajus es el percusionista, Antonio García Garreta toca los teclados y David Bourguignon maneja la bateria.  Bidji, un rapper de hip-hop del grupo francés Assassin, es el que imprime el carácter. Y por ultimo pero menos importante, Giany salazar y Roy Paci conforman la sección de vientos, repleta con trompeta y trombón. Se unen en un mismo ente para sostener todo el “Sound System”.

En la primavera del 2000 se fueron de gira, empezando por México, con un inolvidable concierto nocturno en la enorme plaza del Zócalo. A finales de julio de 2002 llegaron a Tokio, después de un rodeo en el festival de rock alternativo de Villagarcía de Arousa, Galicia. Antes de ese, el grupo dio un concierto en Génova el 18 de julio de 2001, dos días antes de la muerte de un joven activista anti-globalización atrapado en las manifestaciones contra el G-7. Mayo del 2002 fue un mes de gran tensión girando por el Este de Europa. Tantos recuerdos políticos… en veinte o treinta ocasiones, la gira estuvo a punto de cancelarse porque Manu y su grupo también creían que tenían derecho a tomarse las cosas con calma. Pero en la sana batalla entre el agotamiento y el descanso, la pasión por tocar prevaleció siempre. Radio Bemba, un “Sound System” extraordinariamente eficiente, recobró rápidamente su energía y salieron a tocar otra vez, puesto que Manu y sus compañeros nunca se desligan del mundo y de la electricidad que genera. En el Grande Halle de la Villette a mitad de la gira el grupo había madurado y todavía no había perdido su sección de vientos. Con el espíritu de Próxima estación: Esperanza, tocaban las 29 canciones una tras otra, fusionando una con otra siguiendo las reglas de sampleado que habían iniciado en Clandestino y perfeccionado en Próxima Estación… Esperanza.

El sampleado de sonidos -de la calle, la radio, ferias, etc-, de discursos (inevitablemente los del Zapatista sub-comandante Marcos, el héroe no. 1 de Manu Chao), de ritmos, se construye sobre la filosofía del grupo basada en el instinto y la intuición. Estos fragmentos de vida y música vuelven a la calle a través de los escenarios, todos unidos o desestructurados dependiendo del humor del momento. Así es la naturaleza de este álbum: directo, crudo, abrupto y a la cara.




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